Monday, May 02, 2022

Triste el trampolín...

Afuera de la casa, durante el tiempo de verano tenemos un trampolín que es el centro de reunión de los niños que habitan la zona, es un sitio no solo para brincar, ocasionalmente hay asambleas,  hay peleas, hay llantos, hay de todo, son niños y pues todo puede pasar. Mientras brincan, a veces los niños del centro se convierten en huevos, y todos brincan al rededor y pues el de enmedio entra en una resonancia bastante peculiar; en otras ocasiones son super gimnastas y dan vueltas por todos lados, atrás, adelante, de lado etc... en fin, es todo un centro de aprendizaje. Durante los primero años, desde que llegamos los peques lo han disfrutado con sus amigos, y pues obviamente también los peques de vecinos que se encuentran debajo, o se encontraban antes, porque ya se han mudado. Desde la ventana, preparando la cena es, en la mayoría de las veces, un afano verles. Sin embargo, este verano cuando ponga el trampolín, este no sabrá sino hasta después que ya una pequeña ya no estará, ya no será parte de la asamblea, tampoco será huevo y tampoco reirá ni llorará, y es que ya Bjartey no está con nosotros. Nos enteramos mientras viajábamos en Italia, ya sabíamos que tenía una de esas cosas, un tumor, de los que son muy difíciles de remover y así un día en casa con sus padres, su corazón se cansó. Yo nunca pensé que ese corazón se cansaría, tampoco mi hijo que tomaba clases con ella. No sabíamos como decirle y pues vaya, con esto que cambia en el mundo el se enteró por snapchat, claro, los peques ya habían llenado varios comentarios sobre ella y como sentían tanto lo ocurrido. Lo siento mucho Alfonso, siento mucho que hayas tenido que ver que alguien de tu edad se adelanta, yo no sé lo que sientas, nunca estuve en esa situación, pero te puedo decir que he perdido mucha gente querida y se como duele. 

En fin, ya algunos días después, salimos a jugar basket Alfonso y yo y mientras caminábamos, ahí en la banqueta, un letrero de muchos colores con el nombre de Bjartey, uff, vaya que me hizo el corazón chiquito y Alfonso muy calmado me dijo, sí hay muchos de estos por todos lados en la escuela, hicimos un corazón muy grande y pusimos todos nuestros nombres. Vaya fuerte, como unas pinturas de gis en el pavimento pueden derramar tantas lágrimas y también que bonito ver que existe esta idea de despedir, despedir a una pequeña de 11 años. 



Yo no te conocí personalmente, no tuve oportunidad de compartir contigo mucho, pero tú, en ese trampolín con las otras peques, mientras cocinaba, ahí volví a ser niño, ahí disfruté esas carcajadas, vueltas y transformaciones que solo ustedes los peques pueden lograr. Este año pondremos un letrero en ese tronco que detiene al trampolín, esperando que te recordemos y que las personas que vengan detrás de nosotros lo hagan también. Descansa en paz Bjartey, ojalá pudiera decirte que notamos cuanta alegría compartiste mientras tu corazón latía. 

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