Tuesday, August 12, 2008

12 de Agosto


Esta es la historia de Frida hija de Vala (hija de Sigurbjörg y Hjörleifdur) y Angel (hijo de Pilar y Alfonso). La historia se divide en tres días, Domingo 10 de Agosto, Lunes 11 de Agosto y Martes 12 de Agosto.
10.08.08

Después de haber pasadon un fabuloso fin de semana al norte de la ciudad de Nueva York, entre las montañas del Catskills en el pequeño pueblo de Roscoe. Durante este tiempo, Christián estaba de visita. Hasta este momento, lo único que sabiamos es que Vala estaba más cansada que de costumbre, así, regresamos a la gran manzana. Estando en el departamento decidimos medir la presión de Vala, dado que estaba alta decidimos ir a ver a la doctora Renuka Paka al siguiente día. De hecho el Lunes yo tenía que estar en LDEO para platicar con un visitante de UK. En fin, con planes de ver a la doctora en la tarde, nos fuímos a dormir.

11.08.08
Después de un clásico desayuno con Cheerios y café, le dí un aventón a Christián a la estacion del metro, nos despedimos y yo partí hacia LDEO, fui al seminario al que tenía planeado ir, platiqué con mi jefe y decidimos que no tenía caso que me quedará, así que regresé a la ciudad para que fueramos hacia la clínica para ver a la doctora. Dado que sólo ibamos a ver a la doctora y aún estabamos a tres semanas de que el gran evento ocurriera, pues no preparamos nada, no comida, no ropa extra, solo nuestros teléfonos, un poco de agua y ya! En este momento, yo creo que Vala ya tenía algún presentimiento o por lo menos no me quería decir que estaba sintiéndose mal, en fin, en lugar de tomar el tren como lo solíamos hacer para ver a la doctora, tomamos un taxi. Las cosas raras comenzaron desde que nos subimos al taxi, el señor creía que Vala estaba en labor de parto -- no lo culpo, dado que la pancita de Vala, ya no era tan pequeña --. Fuímos hacía la clínica y el señor insistía en preguntar si ibamos al hospital (que esta a menos de una cuadra de la clínica). Finalmente llegamos y el taxista todo apresurado nos dijo que eran 10 dólares y no quería casi ni hablar, tal vez en algún momento de su pasado, ese taxi había visto más de una persona dar a luz.
Una vez que nos bajamos del taxi bromeabamos acerca del taxista creyendo que ibamos a dar a luz. Llegamos a la sala de espera, en el cuarto piso, después de 10 minutos pasamos con la doctora, la enfermera midió la presión, la cual estaba alta, sorprendida de la medición le pidió a otra enfermera que midiera la presión, el resultado fue el mismo y finalmente llego Dr. Paka, a quien habiamos visto el Jueves anterior. Dr. Paka exclamó: "que pasó contigo Vala, todo estaba muy bien la semana pasada". Nos tranquilizó un poco el buen humor de la doctora, la cual nos recomendó esperar un poco para ver si la presión bajaba con un poco de descanso; el resultado fue negativo, ella decidió medir la presión por sí misma y nos dijo en un tono silencioso y preocupado... ¨"uy, está alta". Rápidamente nos dió el veredicto, el bebé ya esta prácticamente formado y aún cuando faltán tres semanas para el día esperado, creo que lo más recomendable es inducir el parto hoy por la noche y así el parto sucedería mañana por la mañana.
En ese momento todos los sonidos desaparecieron y esa sensación de que la sangre se aleja de la cabeza y se queda toda en el pecho, provocando que la respiración se acelere, pero las palabras se ausentan. Tuvimos un momento de silencio que parecieron varios minutos, la doctora salió del cuarto, nos vimos a los ojos y ambos lloramos, no se que fue, de hecho la garganta se me cierra sólo de pensar, creo que el miedo a lo no planeado y una extraña sensación de haber fallado, no sé porqué, pero eso fue lo que sentimos. Creo que el miedo de estar sólos también nos invadió. Cuando Dr. Paka entró y nos vió nos preguntó que si todo estaba bien a lo que respondimos que teniamos miedo, ella abrazó a Vala y le dijo que no se preocupara que es algo muy común, ese abrazo, aún cuando yo no lo recibí nos calmo a los dos y nos hizo sentir un poco más tranquilos.

Cerca de las 8 de la noche nos dirijimos al hospital, St. Luke's- Roosevelt, nos internamos en el pequeño cuarto de observación donde estaríamos hasta casi la media noche. Es un cuarto muy pequeño, donde tienen cerca de 7 camas y un baño, las camas únicamente tienen mujeres embarazadas que están a punto de dar a luz o tienen algún problema, los acompañantes son novios, esposos, hermanos y en algunos casos hijos o hijas, la verdad no nos fijamos mucho, porque pronto nos dieron la bata para Vala y un montón de aparatos para medir las contracciones, inexistentes hasta ese momento, el pulso del bebé (~ 150 [ppm]), y también un suero en el brazo, por cierto las enfermeras no son muy hábiles. Finalmente después de hablar con una de las doctoras de ahí, nos explico el proceso. En cuanto tuvierán una cama para Vala, en el piso correspondiente, inducirián el parto usando una hormona llamada CERVODIL, lo que hace es que adelgaza el cervix, y una vez adelgazado, entonces se usaría otra hormona más: PITOCIN para que las contracciones comenzaran. Una vez que nos explicaron todo el asunto, fui a conseguir algo de comida, ya que sería la última oportunidad para que Vala comiera antes de que finalizara el parto.

Cerca del hospital hay una tienda que nos gusta mucho dado que tienen "skyr.is" un pseudo yogurt, muy bueno y además a Vala le encanta. También venden muy buenas ensaladas y otras cosas que nos encantan. Aprovechando que estaba saliendo del hospital, llamé a mi casa y les conté todo lo que nos había pasado. Les dije que tenía miedo y mi mamá trató de decirme que todo estaría bien y que ellos estarían pensando en nosotros. Ya con la comida subí al cuarto temporal donde tenían cerca de 7 mujeres embarazadas y nos dimos un festín, creo que somos muy felices, así que disfrutamos esa cena, comida en cajas de cartón reciclado pero muy buena compañía.
Finalmente después de entrevistarnos con un estudiante/pasante de doctor de lo más peculiar, nos mandaron al cuarto dondé ocurriría el parto.

12.08.08
Ya en nuestro nuevo cuarto, de hecho bastante grande con baño propio y vista al río Hudson, conectaron los aparatos y nos volvieron a explicar el procedimiento y comenzaron. En teoria, el cervix estaría completamente dilatado en 12 horas, por lo cual decidimos que me quedara, ya teniamos una lista con las cosas que necesitaríamos para el parto. En este momento, ya habíamos asistido a 3/5 clases para padres, por lo que estabamos 60% listos para el evento. Pero como siempre, la teoría tiene una gran variabilidad y pues en menos de una hora Vala comenzó con cólicos muy fuertes, los cuáles no eran aún contracciones, así, desde la 1:00 a.m. hasta las 4:00 a.m. el dolor siguió y en crescendo, la verdad estos fueron momentos bastante díficiles dado que yo no esperaba verla en tanto dolor, tan pronto, lo único que podía hacer es desconectar los cables cuando ella quería ir al baño, dale masajes en la espalda, decirle que todo estaría muy bien... así seguimos y con la idea de que aún faltaban 6 horas y tal vez un par más durante las contracciones, pues cedimos de palabra al "EPIDURAL", la anestesia que se pone en la columna para que los dolores de parto desaparezcan, depués de un procedimiento ridículo, donde hicieron que Vala firmara un papel que nunca leímos el anestesiólogo me preguntó que si quería estar ahí durante la aplicación, aquí es cuando me dió la pálida (alguna vez me tocó que me pusieran una anestesia similar y recuerdo que era bastante dolorosa). En fin, la anestesia estaba lista, pero Vala tenía que ir al baño, y cuando fue hacia allá al parecer se le había roto la fuente y en menos de 2 minutos el proceso se estaba acelerando trepidatoriamente. La doctora llegó al cuarto con una enfermera y revisó a Vala percatándose que ya estaba dilatada cerca de 8 [cm] por lo que recomendo no usar la anestesia dado que todo terminaría en cuestión de minutos. Honestamente, creo que haber evitado la anestesia es lo que hizo nuestra estancia ahí mucho mas fácil.

Todo sucedió muy rápido, la doctora dijo que necesitaba monitorear al bebé por lo que tenia que atornillarle un sensor en la cabeza para poder medir el ritmo cardíaco dado que Vala no podía mantener los sensores en posición. Después de todas esas clases dónde nos decían que contáramos las contracciones y que respiraramos de este modo y del otro, puff! La verdad no nos dió tiempo para ningún parto romántico, una vez que le doctora habia puesto el sensor en la cabeza del bebé, Vala sintió que debía pujar y así fue, la doctora necesitaba una enfermera más pero no había nadie disponible así que a mi me toco sostenerle una pierna a Vala y tratar de mantenerla tranquila, de hecho no me dió tiempo de preocuparme y mucho menos de desmallarme. CLo que si le dió tiempo a Vala fue de morderme, entre contracciones yo trataba de ayudarla a respirar o hablar con ella, dado que había que esperar al momento que la doctora dijera para pujar, al comienzo de una de esas contracciones ella me vio cara de chuleta y me mordió, no la culpo a mi también me dolía verla con dolor. Creo que ella pujó cerca de 5 veces cuando de pronto la cabeza estaba ahí y en un abrir y cerrar de ojos el cordón umbilical que fue retirado del cuello y finalmente todo el cuerpo... uff! Todos me preguntaban que le dijera a Vala si era un niño o una niña, pero yo estba mudo, así que Vala ya sabía que teniamos una bella niña antes de que yo pudiera hablar. Después de ese momento había que cortar el dichoso cordón, y pues no, tampoco me desmayé.. de hecho estaba más emocionado en ver a la bebé cerca de nosotros. Después de limpiarla y sacar los mocos y demás la acercaron a nospotros y Vala la puso en su pecho y así nos quedamos por un buen rato repitiendonos una y otra vez "puedes creérlo, tenemos una hija" hasta ahora, nos lo seguimos repitiendo de vez en cuando, quien sabe cuanto tiempo nos tome acostumbrarnos a la pequeña. Las primeras fotos de Frida fueron tomadas por la doctora, desde su "iPhone" y posteriormente nos las envió por correo electrónico. En fin, en estas líneas traté de resumir lo que fue ver a Vala en muchos estados de ánimo, es un poco complejo acostumbrarse al hecho de que tanto dolor puede dar tanta felicidad. En fin, las dos son mis heroínas y han hecho estos momentos de mi vida muy feliz.

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